No habría necesidad de escribir
que los miembros del MAVO (para los ignorantes que no leen los periódicos: Movimiento Antiglobalización Vespero
de Ocaña) tienen un devoción
antigua, sincera y respetuosa por san Simpliciano. Esto debe de quedar muy claro
antes de continuar leyendo. También debe dejarse nítido que el Club Vespa
Ocaña, entidad que dirige el MAVO, es de anterior fundación al de
Vespeandoescuterclub. Y la tradición manda, dirige y muestra el camino.
Quedando estos extremos despejados,
comenzamos a hacer la reseña de la onomástica del santo de Milán, que se
celebró con un aperitivo y comida en su nombre, el día en el que dice su
hagiografía, el 15 de agosto.
Quedamos a las 11 en la plaza del
ayuntamiento de Aranjuez. Bien. Está claro que el comandante Garcea,
representante del MAVO en la salida oficial de la concentración, no fue bien
recibido, cosa que va siendo habitual. No hubo aplausos para el líder, solo
fríos apretones de manos y besos de las damas, estas sí, encantadoras. El
propio comandante tuvo que pedir a Cardi que le estacionara la Vespa ya que de este
no salía una iniciativa tan evidente. Empezábamos mal. ¡Qué poco conocimiento
de la jerarquía! Yo, ya, sabiendo la escasa clase de este club, adelanté a los
miembros del MAVO que nos esperaran en Yepes: yo sufriría la vergüenza por
todos los míos.
No salimos directamente para
Yepes, que era nuestro primer destino. Tuvimos que pasar primero por Ontígola
ya que a alguien de allí se le había olvidado ponerse la ropa interior y se
rozaba la entrepierna con la polipiel del asiento. Íbamos a peor. Sufriendo la
vergüenza ajena del uso abusivo de los polvos de talco, ahora sí, trazamos
hacia Yepes.
Llegamos tarde a misa. Pero, eso
sí, a tiempo al bar de Mou: cervezas, huevos fritos, pisto y todo lo que estos
tipejos del vespeandoscuterclub podían engullir, lo engullían, en silencio,
como si no hubieran comido desde la última salida. Solamente los miembros del
MAVO mantuvimos el decoro y pasamos con respeto a la iglesia a bendecir la
imagen de san Simpliciano, y con el mismo sentimeinto, unos minutos más tarde, nos
dispusimos a salir dirección a Ciempozuelos.
Antes tengo que hacer un inciso.
Algo que me prometí no escribir por el daño que podía hacer, no solo a
vespeandoescuterclub, sino a todo el grupo humano que monta una Vespa en
cualquier lugar del mundo. Momentos antes de salir alguien, dijo: “Ojalá alguna
moto se joda”. Quién, no hecho de la piel del mismo Satanás, puede desear eso
en una concentración. Pues sí, se dijo. Y como un pacto con el mismo Diablo, ocurrió,
y por supuesto a alguien no de la nómina de vespeandoescuterclub sino de MI CLUB (que cada uno piense lo que quiera,
pero oler, huele a sabotaje). Lo peor para aquellos malditos, es que tanto
presumir de que los vespeandoescuterclub son buenos mecánicos hicieron el
ridículo más espantoso. Fue Merce, del MAVO, la que solucionó la papeleta.
Llegamos a Ciempozuelos con la
única novedad mencionada de la maldad extrema de los delincuentes de Vespeandoescuterclub.
Pero la sinvergonzonería continuó: Antonio, con la excusa de que se cortó un
dedo, fue en su coche; Boloálvarez con otra, que ni quise escuchar, tomo las
cuatro ruedas para engancharse al almuerzo de los motoristas: Ambos, con la
supuesta licencia que les da un polo del Vespeandoescuterclub para comer y
beber, devoraron lo suyo y lo de los demás.
Es una pena que MAVO sea un club
de vespas tan exclusivo, porque ese mismo día recibí numerosas solicitudes para
nuestra asociación (a escondidas, por supuesto, del tirano presidente que se llama
José María). Lo siento por ellos, es imposible. Aunque valoramos esa necesidad de
los que montan en vespa de ser miembros de un club serio, señorial (donde su
presidente se detiene en medio de la carretera para recoger las gafas de un
aspirante), con tradiciones, con paridad (recordemos que hubo tantos miembros
masculinos como femeninos en la salida del MAVO –Agustín, por supuesto, todavía
no cuenta) y todos y cada uno de esos detalles que forman una asociación tan
enorme y sagrada como es el MAVO.
Comandante (no capitán) Garcea
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